9 DE ABRIL DE 2005
Todo el mundo conoce el famoso cuento de La Caperucita Roja, de Perrault. Caperucita Roja tiene que darle un pastel a su abuelita, se entretiene por el bosque, habla con un lobo que le hace ir por el camino más largo, el lobo llega antes a casa de la abuelita, la encierra en el armario y se disfraza de abuelita. Llega Caperucita a casa de la abuelita y, cuando el lobo se dispone a comerse a Caperucita ... ¿entonces qué? ¿aparece un leñador y mata al lobo, salvando a la Caperucita de una muerte segura? A mí este final nunca me ha cuadrado. Yo he estado viviendo toda mi vida con otro final distinto, el cual encuentro más lógico, moral, divertido y que pienso que encaja más en la base argumental. Yo siempre he creído que era la abuela la que salía del armario y la que conseguía aullentar al lobo (sin matarlo). Para mí el leñador no pinta nada en la historia. Nadie sabe quién es, aparece al final rompiendo el climax brutalmente. Para mí la abuela siempre ha tenido más autoridad e importancia en la historia. ¿Cómo un personaje tan mitificado a lo largo de la historia ha de ser encerrado en un armario vulgarmente sin que no haga nada más en la historia, y en substitución de ello aparezca un don-nadie salvándole la vida a la protagonista? ¿No merece acaso la abuela el papel de salvadora? Para mí el leñador es un personaje sacado de la chistera sin que venga a cuento, y además el tío lo hace en el momento más importante de la historia, dejando perplejos a todos, ya que su presencia es más que ambigüa y surrealista. Apareció un leñador como podría haber aparecido otro ser, y eso no cuadra en la historia. Ah, y encima mata al lobo (qué diplomático, rollo Bush ...). Vamos, en una situación así, me acabaría dando más miedo el leñador que el propio lobo.
domingo, 17 de mayo de 2009
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