lunes, 18 de mayo de 2009

Encuestas velocidad variable: ¿tenemos un poco de mala leche?

26 DE ENERO DE 2009

Hace varias semanas se hizo una encuesta en el programa de Josep Cuní en TV3 sobre qué les parece la implantación de la velocidad variable. Hubo cerca de un 80 % que no estaba a favor de aplicarla. Y ayer se hizo otra encuesta en El Periódico de Cataluña en que preguntaban qué les parece implantar la velocidad variable en el resto del territorio español. Había un 48 % que le parecía bien. La conclusión es que de este 48 % hay un 20 % que pertenece a los que están a favor de la velocidad variable (y que por eso ven bien que se aplique en todo el territorio español) y un 28 % restante que simplemente tienen muy mala leche, porque no les gusta la velocidad variable pero bien que quieren que se aplique en toda España. Deben pensar: "si me fastidio yo que se fastidien también los demás". Mal de muchos, consuelo de tontos.

No obstante, también se pueden barajar otras hipótesis:

1. Cuando se hizo la encuesta televisiva todavía no estaba implantado el sistema, mientras que en la encuesta del diario sí lo estaba. ¿Quiere decir que un 28 % de personas han cambiado de opinión al ver que el sistema no es tan malo, a pesar de sus miedos iniciales? Esto no excluye que del 28 % halla algún que otro cabroncete que piense como la hipótesis inicial que he planteado. Además, también hay que pensar que podría ser que alguno se pensase que la velocidad variable se aplicase en todas las carreteras y que, al ver que sólo se aplican prácticamente en dos, y que esas dos carreteras no le afecta porque no las usa, pues entonces que le diese igual que se aplique y vote a favor. Hay muchas teorías.

2. Otra hipótesis es tener en cuenta que el público que ha votado es distinto: en el televisivo había que mandar un mensaje por móvil (y gastarse dinero) mientras que en el diario la votación era vía internet (y gratuíta, si no contamos la mensualidad que deba pagar cada usuario por tener internet). Eso nos lleva a una contradicción: puesto que no es muy lógico que pagues para decir que apliquen medidas que puedan afectar a tu bolsillo (ya que si no miras a cuánto se reduce tu velocidad corres el riesgo a pagar la multa por exceso de velocidad). Y, sin embargo, los que votan porque les resulta gratuito hacerlo (digamos que no tienen dinero) voten a favor. También es posible que permitirse pagar internet mensualmente sea sinónimo de tener cierto nivel adquisitivo que te permita pagar multas en caso de cometer infracciones.

3. También pensar que quién lee un periódico es más listo que quién vee la televisión. Quizás sea un tópico, pero lo dejamos como hipótesis. Es decir: al ser más listo no caes en la trampa de ir más rápido de lo que debes. O lo mismo estás más acostumbrado a leer cosas, como por ejemplo los números de los indicadores.

4. El que se vote gratuítamente también influye en que vote todo quisqui lo que le da la gana. Es decir: nadie paga un mensaje votando para hacer una broma, o sea, que quién vota pagando es porque cree fírmemente en su opinión y pretende así sacudir la opinión pública. Es por ello que una encuesta gratuita sea más propensa a dar una opinión menos real, puesto que halla gente que vote mintiendo, o de broma.

5. El voto televisivo es más persuasivo, puesto que en el caso de las encuestas del programa de Josep Cuní hablan del tema a lo largo del programa para dar puntos de vista que el espectador podría desconocer, todo enfocado a una parcialidad que se decanta en ocasiones a un bando y en ocasiones a otro, por lo que al votante se le cuestiona su elección (aunque dicen que en política la mayoría de personas no cambian de opinión tras ver mítines y eslóganes electorales de la oposición). En la encuesta del diario es una pregunta directa y símplemente la pregunta, por lo que el votante dice lo que cree en ese momento sin cuestionarse nada.

6. Una última hipótesis es pensar que, al hacerla dos medios complétamente distintos, pues cada uno halla barrido para casa y se halla inventado los resultados como ha querido. Esta sería la opción más patética que desacreditaría el sistema de votos en sí (y, con ello, la democracia, de rebote).

No hay comentarios:

Publicar un comentario