lunes, 18 de mayo de 2009

Mujer busca ser despreciada: razón aquí

24 DE MARZO DE 2009

Estos días he llegado a una terrible conclusión: no sé si es porque la mayoría de mujeres no merecen la pena o por alguna abducción mental que ofrecen los medios para perturbarlas o si desgraciadamente ya vienen así de fábrica. Pero por algún extraño motivo no quieren que se las trate bien. Y paradigmáticamente las más agradecidas al buen trato son aquellas que están empezando a salir de una desgracia demasiado próxima, pero es un agradecimiento falacio, puesto que cuando retoman el sentido y vuelven a fluir con normalidad en sus vidas vuelven a despreciar el buen trato y tornan a buscar esos factores que las llevaron al fracaso. Porque no se hacen partícipe de que las malas consecuencias fueron fruto de su mala visión, y acachan la tragedia como un factor de mala suerte, con las esperanzas de que la próxima vez salga como ellas idealizan (cuando está predestinado al fracaso, de nuevo).

Sé que es atroz esta visión, pero me ha ocurrido tantas veces que empiezo a considerarla demasiado en serio. Es tanta la gente que acepta y admite mi bondad y en que descubro que acaban de sufrir un mal tramo en sus vidas y que, al curarse (ya no sé si las curo o si se curan solas, a tanto no llego) se desprenden de nuevo y alzan el vuelo, como si hubiesen estado de paso. Yo creo que en el fondo es una falta de consideración sin más pretensiones, y que debe ser sintomático que si le van mal las cosas es porque en el fondo tienen esa cínica visión. Quizás se exceden de confianza ante el buen rollo, quizás es eso, y por eso se toman las licencias que se toman. O simplemente vagan por el mundo haciendo cosas porque no tienen dónde caerse muertas, porque no saben qué hacer, porque son un tostón en realidad y se dejan llevar por lo primero que se les presenta.

La conclusión es que no se puede tener visión de futuro con una mujer, que se quejan de que seamos despendolados pero es que lo que no da para más no da para más, y queramos o no hay que tener una visión más cíclica de las cosas, todo no dura tanto como desearíamos y hay que saber aceptar la brevedad anecdótica de lo que no lleva a nada. Me pregunto por qué leches se "preocupan" (o quieren saber) tanto de tu vida si vas a durar menos que una piruleta en un patio de colegio, ¿será por moda de seguir "el diario de Patricia", chafardeo? ¡que se lean un libro si se quieren entretener y me dejen en paz, cotillas!

Sería bonito vivir en un mundo plagado de amor, sin prejuicios, con valores, apreciando las cosas buenas de verdad, y sin incómodos seres que critiquen actitudes que a su vez les excitan o les prestan una atención inconmesurada y desmerecida, porque eso es despreciáblemente hipócrita y contradictorio y hace que uno tenga la sensación de estar rodeado de inmundicia.

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