lunes, 18 de mayo de 2009

La guasa de la moda

12 DE FEBRERO DE 2008

Por lamentable que nos parezca, no es extraño encontrar graves incongruencias en el sector textil. La gente que vive en esto se empeña en hacer las cosas bonitas, agradables y amenas, pero el resultado final dista bastante de la supuesta intención.

Ahora está en boca de todos lo de "las nuevas medidas" para conseguir "un vestido único y exclusivo para cada un@ de nosotr@s". Lejos de creer en una prenda universal, ahora se impone la "moda" dentro de la moda (valga la redundancia) de hacer una pieza perfecta para cada humano. Agatha Ruiz de la Prada (vistiendo unas gafas de un solo monóculo gigante amarillo que cubría sus dos ojos) dijo chistosamente que la prenda perfecta solo se conseguiría el día que unas máquinas nos confeccionasen el vestido al acto.

Antes de sacar ninguna conclusión quiero alertaros que todo es una gran mentira. Que la moda, como cualquier otro producto de consumo social, se redescubre una y otra vez. Es incesable. Todos sabemos que las tendencias resucitan cada 20 años (que es más o menos lo que tarda en desaliñarse un tejido que se usa con asiduidad, no sea que a alguien se le ocurra guardar una prenda para usarla de nuevo cuando salga de moda y no comprarla, claro, asi podría morir la moda y no es plan). Aun asi, si no se le buscan unos nuevos paradigmas a la moda, esta puede caer en la mediocridad, puede dejar de ser moda. Lo peor que le puede pasar a la moda es que todos vistamos siempre lo mismo. O que una vez nos cansemos de unas prendas, nos las intercambiemos los unos a los otros. ¿Y qué mejor para evitar eso que decir que cada uno estamos hechos de una pasta y tenemos un "vestido único"?

Lo que en realidad ocurre es que hay mucho complejo, influido por los engaños que nos ofrece una sociedad que solo mira alimentarse comiendo dinero. Nos escupen trozos de tela para abastecerse de recursos económicos. Nos engañan dándonos tallas que no son y rebajas inciertas, cuando en definitiva el comprador inteligente acaba valorando la prenda probándosela y tasando el precio que te ponen en cuestión a lo que uno pagaría por ello ¿qué más da leer 40 o 44 de talla de pantalón si realmente no sabes cuál te va a caber? ¿y si me dicen que un pantalón costaba 100 € y que ahora cuesta 60, por qué he de creerme que me están haciendo un favor, cuando en realidad nunca pagaría 60 euros por unos pantalones?

El otro punto son los complejos: Te sale una chica esquelética anunciando un perfume y ya te salen miles de chicas delgadas sintiéndose gordas por no ser un cadáver con patas. Luego van a probarse ropa, no se ven iguales a ellas y comienza la frustración. O lo que más inri tiene de todo: Te venden una prenda puesta en un maniquí con "medidas perfectas". Te pruebas la misma ropa, ves que tu físico no es como el del maniquí y que, por tanto, a ti te queda peor la misma ropa. En seguida atacas contra que no se hace "ropa para gente de la calle". No nos engañemos, hay mucha ropa con la etiqueta XXL, lo que pasa que "no queda tan bonita como la de las chicas que salen por la tele". La prenda puede tener los mismos colores, pero claro, de cintura no queda igual. Pues claro que no, el modista no tiene culpa alguna de esa realidad. El problema está en que nos machaquen con un concepto de belleza que no se ajuste a una realidad común. Dónde ese machaque deforme la visión de muchas y frustre el sentimiento de otras.

La gente es poco realista en general. Si fuese tan fácil encontrar ropa estupenda no habrían tantas tiendas de ropa. La moda solo sirve para no estar vistiendo siempre lo mismo. Hasta hace poco veia la moda como un acto borreguil en el que todo el mundo intentaba vestir como "alguien" decidía que se debía vestir (las llamadas "tendencias"), pero veo que la moda no es más que una actualidad social, como cuando en la prensa hay etapas en las que hablan más de inmigración y otras hablan más de economía o otras de circulación, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario